Hace poco una alumna, leyendo la etiqueta de una lana merino recién comprada, me pregunto: «¿Qué quiere decir «libre de mulesing»?» A los corderos jóvenes de raza merino se les corta gran parte de piel que está alrededor del ano para que en los pliegos húmedos de la piel, atraídas por suciedad, no depositen sus huevos moscas y después de eclosionar, las larvas no comen vivo al animal afectado.
¿Cómo es mulesing?
Parece todo muy bien, los ganaderos cuidando de los animales y todos felices. Pero por desgracia no es así. A los animales les fijan a un armazón de metal, tendidos sobre la espalda, sin anestesia cortan gran parte de piel alrededor del ano, aprovechando el momento, castran los machos, también sin anestesia. Los animales sienten mucho dolor y no se pueden protegerse. Dicen que los gritos de los corderos se te recuerdan para toda la vida. Es un espectáculo dantesco.
¿Qué podemos hacer para evitar mulesing?
¿Queremos tejer nuestras prendas de la lana que viene a través de sufrimiento animal? Es la elección de cada uno, muy personal y subjetiva, pero yo no lo quiero. Por suerte, en España esta técnica no se practica, y la lana merino de las marcas españolas (como dLana, Casa Sol, Katia…) igual que la de tintoreras independientes (como Feliz y punto, Soc una troca…) está certificada con certificados GOTS, Oeko-Tex Standard 100, RWS o EPV o tiene etiqueta de mulesing free. Pero comprando un jersey ya hecho, de suave y agradable lana merino australiana, además si la prenda no tiene etiqueta mulesing free, muy probable que las ovejas ha sufrido esta cruel técnica.
Podemos mirar etiquetas, preguntar a vendedores y tener la conciencia de no utilizar lo que han causado daño a otros seres vivos.